El sistema anitpolución resulta indispensable en todos aquellos vehículos que funcionan con un motor diésel. No se puede poner en duda su eficacia a la hora de atrapar partículas contaminantes. Uno de los más empelados es el filtro de partículas conocido como FAP. Un fallo en el sistema antipolución FAP puede derivar en otras averías, y las consecuencias en ocasiones pueden ser nefastas. En este artículo hablaremos en detalle sobre cómo funciona el filtro del aire, las averías más habituales que derivan de su deterioro, y cuáles son los mejores métodos para prevenir dichos fallos.
Índice
Qué es el sistema antipolución FAP y cómo funciona
Se trata de un dispositivo que se encuentra conectado al sistema de escape, y cuya misión es suprimir las partículas de hollín que se generan en el transcurso de algunas fases de combustión. De este modo se reduce en gran medida el nivel de partículas contaminantes expulsadas por el escape. ¿Y cómo se lleva a cabo esta eliminación de partículas nocivas? Explicado de un modo breve, estas partículas contaminantes quedan atrapadas en las paredes porosas del filtro y se eliminan periódicamente en lo que se conoce como “fase de regeneración”. Durante esta fase, la temperatura del filtro se eleva hasta quemar el hollín y dejar de esta manera el sistema limpio.
Principales fallos del filtro antipolución
El filtro se obstruye
El problema de dicho sistema es que no se adapta a la perfección a los recorridos urbanos. Y es que, conduciendo por la ciudad, es inevitable estar parando y arrancando continuamente. Por culpa de ello, no se consigue lograr la temperatura mínima necesaria para la mencionada fase de regeneración. Al no alcanzar dicha temperatura mínima, el hollín no se incinera, lo que a su vez provoca el filtro vaya acumulando partículas, y paulatinamente se vaya cargando de las mismas hasta el punto de saturarse.
Los trayectos breves también resultan ser poco propicios para que el ciclo de regeneración pueda completarse, ya que de media precisa entre 10 y 25 minutos. Al encender el motor, el ciclo de limpieza automáticamente empieza de nuevo, y como no dispone del tiempo necesario para completarse, digamos que este ciclo se vuelve a repetir una y otra vez, hasta que finalmente el sistema se rinde y en el cuadro de instrumentos se vislumbra un mensaje de alerta.
Se atascan los conductos de entrada y salida
Los vehículos actuales que cuentan con el sistema FAP, disponen de un sensor de presión diferencial, que revela si el filtro está limpio o si de lo contrario está obstruido. No obstante, se puede dar la situación de que el filtro esté limpio y no tenga ningún problema, y la obstrucción tenga lugar en los conductos de entrada y salida, es entonces cuando el sensor de presión diferencial empieza a indicarle al sistema que ponga en marcha regeneraciones sin ninguna finalidad. Cuando se da dicha circunstancia, se activa la alerta en el cuadro de instrumentos, y el conductor se ve obligado a acudir a un taller.
También hay que tener en cuenta que, a causa de las post-inyecciones en los motores diésel, se produce un exceso de combustible, lo que conlleva a un aumento del nivel de aceite en el cárter. Si bien en la práctica el nivel de aceite no acaba aumentando, al agregar otro líquido se producen dos problemas que pueden a su vez traer graves consecuencias. Y es que cuando el nivel del aceite sube en exceso, da pie a un fenómeno que se conoce popularmente como barboteo, que es ni más ni menos que el sonido producido por los contrapesos del cigüeñal al chocar con el aceite. Dicho aceite, ya mezclado con el carburante, circula hasta la cámara de combustión, originando una repentina y a la vez inesperada aceleración del motor. Y aquí es donde viene el verdadero peligro, y es que el conductor no posee el control sobre esta aceleración, con lo que la gravedad de la situación es remarcable.
Tampoco hay que dejar pasar por alto otra consecuencia al mezclar aceite con el combustible, la pérdida de la propiedad lubricante original del aceite al volverse mucho más fluido.
Prevenir un sistema antipolución defectuoso
Ya hemos visto que los fallos de los filtros antipolución pueden conllevar graves consecuencias. Por ello, no es de extrañar que, las averías derivadas de un sistema antipolución defectuoso, son la principal causa de fallos en los motores diésel. Por ello, conviene tomar ciertas precauciones para prevenir en la medida de lo posible
- Aprovechar siempre que se pueda para salir de la ciudad, y si se circula por subidas pronunciadas todavía mejor. Lo óptimo es mantener marchas ente 2.000 y 3.000 rpm para provocar que el sistema se limpie de la mejor manera automáticamente y además de modo natural.
- Nunca llenes el depósito de combustible hasta el final de todo.
- No se precisan aditivos de combustible para el sistema antipolución FAP, por ello, evitar su uso es lo ideal mantener el filtro en un buen estado.
- Debes emplear siempre el aceite recomendado por el fabricante, y comprobar su nivel cada 1.000 km aproximadamente. Si te percatas que ha superado los niveles máximos, es preciso cambiarlo y acudir a un taller para que lo revise. Cuanto antes se consiga diagnosticar un posible problema, menores serán las consecuencias.
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Mil gracias por la información es muy específica
Muchas gracias por tu opinión Otman!!